Mucho se ha hablado acerca de que 2017 ha sido el año del Feminismo, de la salida del armario para denunciar situaciones injustas y hasta ahora tapadas por unos y otras. 2017 ha sido también el año de pequeños grandes gestos en lo que respecta a la brecha salarial dentro del periodismo.
Por primera vez, la Asociación de la Prensa de Madrid ha incluido en su Informe Anual de la Profesión Periodística un capítulo específico dedicado a la situación de las mujeres en el sector.
De este informe se desprende que hay más mujeres que hombres en situación de desempleo, que hay más mujeres que trabajamos como autónomas y que, cómo no, a igualdad de trabajos nuestro salario es menor. En los puestos de dirección, por supuesto, el número de hombres duplica al de mujeres.
En nuestro país, la brecha salarial sube hasta un 26% según los sindicatos- un 16% según la UE. La periodista Elena Resano publicó el pasado noviembre este tuit, que fue el que más repercusión ha tenido desde que abrió su cuenta
Si nos fijamos en la situación de compañeras de otros países, la situación es más o menos parecida.
Así, por ejemplo, los periodistas del Financial Times amenazaron con ir a la huelga para denunciar una diferencia salarial entre hombres y mujeres de un 13% , lo que supone la mayor brecha de la última década.
Cuando la BBC decidió publicar, en un gesto de transparencia, la lista de los mejores pagados de su plantilla, resultó que los datos volvieron a poner en evidencia la cruel realidad: sólo una de las diez primeras personas de la lista era una mujer.
Son muchos los organismos internacionales que han realizado estudios sobre estas diferencias salariales. El de la ONU es especialmente desalentador: calcula que esta situación no se igualará hasta el año 2087.
A igualdad de trabajo, igualdad de salario será, por tanto, el caballo de batalla los próximos 70 años. Islandia ya nos ha marcado el camino: en 2018 aprobará una ley que exigirá a las empresas que demuestren que sus empleados cobran el mismo sueldo por el mismo trabajo con independencia de su etnia, nacionalidad, género o sexualidad.
A ver si cunde el ejemplo